Las células pueden desprenderse de forma espontánea de los epitelios que recubren ciertos órganos o bien, pueden ser extraídas por medios artificiales. La exfoliación de células se debe al crecimiento de los revestimientos naturales de los epitelios que van creciendo y con el tiempo van siendo remplazados por otras células. Las paredes vaginales y el canal cervical  son claros ejemplos.

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Puesto que el canal vaginal esta recubierto por un epitelio plano estratificado no queratinizado que conforme avanzamos en dirección al útero llegara un punto anatómicamente hablando en el que este epitelio se transformara a uno glandular por meras cuestiones fisiológicas.... 

Bien, pues estos dos tipos de epitelio son objeto de estudio en este apartado y trataremos de abordar como es que la toma de muestra de estos dos tipos de epitelios es parte fundamental para el citodiagnóstico ginecológico. 

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Esta fase de la técnica citológica  consiste en recolectar material celular (exocérvical y endocérvical) el cual deberá ser extendido mecánicamente en un portaobjetos y así proceder a la fijación de la misma. Es fundamental e implica una gran responsabilidad sobre todo para quién tome la muestra puesto que de ello depende el buen análisis de la muestra. En todo procedimiento para la toma de muestra la correcta preparación del material a utilizar es de suma importancia y que el resultado que se obtenga dependerá en buena parte de la calidad de la técnica que se emplee. 

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El material utilizado para la toma de muestra es: 

• Portaobjetos. (laminilla) 

• Lápiz Rotulador.

• Espátula de Ayre. 

• Hisopo. 

• Espejo Vaginal de Graves. (Pato)

• Guantes.

• Solución Fijadora.  

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El Procedimiento (brevemente explicado)

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Una vez introducido el espejo vaginal limpio, seco y sin lubricante, debe ubicarse el tercio superior de la vagina y el cérvix  e introducirse la espátula haciendo un raspado en la pared lateral con uno de sus extremos, acto seguido se voltea y con el otro extremo se hace un raspado en la zona del exocérvix asegurándose de abarcar la zona conjunta al orificio endocervical (zona de transición). O bien,  en caso de visualizar alguna lesión también se raspará esa zona. Teniendo estas recolecciones de material celular se extiende en un portaobjetos ya antes identificado con los datos de la paciente. Para la toma de muestra de la parte endocervical se utiliza meramente un hisopo (el cual ha sido modificado a lo largo del tiempo por mera cuestión de facilitar la toma) con el cual se hará un movimiento giratorio introduciéndose en el canal del endocérvix, la toma de esta parte también suele hacerse con el famoso ''citobrush''. 

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Un pequeño vistazo al pasado.

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El primer procedimiento que se utilizo en el ámbito del citodiagnóstico fue el utilizar la Pipeta de Papanicolaou que lleva una pera de goma en un extremo. Esta aplicación estuvo de auge durante algún tiempo, mientras no se tenían nuevas aportaciones al ámbito, esta pipeta facilitaba mucho la toma (aspiración) y era ideal para el diagnóstico hormonal. Sin embargo con el paso de los años, el campo clínico ya no nada más se enfocaba en estudiar las cuestiones hormonales, sino todo lo que involucrara el despistaje de lesiones o anormalidades. Algunos expertos también se atrevieron a decir que esta técnica de recolección de muestra traía consigo arrollamientos y plegamientos artificiales. Fue entonces que introdujeron la espátula de madera (misma que aún se utiliza) mejor conocida como espátula de Ayre, cuyos extremos facilitan demasiado las tomas exocérvicales y endocervicles, con el tiempo fueron  evolucionado hasta que en el mercado se encontraban hechas de plástico, así mismo paso con las pipetas y la llegado del ''citobrush''. Estos materiales si bien nos facilitan la recolección de material celular siempre hay delimitantes  pudiendo  ocasionar errores al momento de extender sobre un portaobjetos. Es por eso que siempre dependerá la técnica utilizada y la práctica.